las alegrías me rondan como abejas a las flores
pero los juegos de infancia se esconden detrás de un cheque
las sombras de los niños desaparecen con el sol
y comienza la verbena de recuerdos
uno que vende morfina como pan caliente
otro que ofrece un paseo por la casa del terror
y yo solo quiero dormir en un parque
ver las nubes como tú
como Fernando
sin preguntar
sin imponer formas
los días son un cementerio
y acabo de soñar mi funeral
pero tengo siete vidas y llevo cuatro
te lo he contado como quien habla de la lluvia sin abrigo
hoy solo me extraña la piel que dejo
el cabello que sirve para atar las ramas de un nido
o para tapar la cañería
hoy solo busco sentir los huesos
hasta el más pequeño
el calor de la sangre por todo el cuerpo
ver el sol directo hasta que provoque llanto
entrar en la cueva con los niños que dejé sin avisar
para escuchar sus reclamos y contar mis aventuras
tomar las canicas y los trompos como el único aval posible del parque por construir
me juego los recuerdos y caminos
los huesos y mis dientes
por ver crecer una flor
por las historias que vienen
Categorías:Viajes insolentes
Deja una respuesta