Porque arrieros somos
y en la vida nos hemos encontrado
con el corazón a la izquierda del dolor y la alegría
con la playa vacía
y otras promesas servidas por desayuno
con las botellas que nunca terminamos de brindar
con las manos danzando en el aire
insuficientes para nombrar
para dar un abrazo de mil kilómetros
y saltar el trópico
para cantar juntos a la vida lo que nos quieren hacer olvidar
con el alma alta y la frente al horizonte
porque las revoluciones
aunque sirvan para soñar el arcoíris
más que para verle la raíz
nos cambian por dentro
como las cuevas cuando se encoje la montaña
paciente como los ríos
antes de comenzar la cascada
arrieros fuimos
y siempre jugaremos de local
tatuados del color de la tierra
formados de barro y maíz
mirando siempre al sur aunque camines por el norte
porque debajo de cada edificio puede haber alguien como nosotros
que prefiere comer dignidad y repartir el pan
que busca al pie de un árbol el camino del conejo
porque la de corazones nunca fue nuestra reina
porque las tristezas no serán más largas que la noche
ni más claras que una puesta de sol
Arrieros seremos
en esta y todas las vidas
y al subir o bajar la montaña
con las mismas botas rojas y gastadas
con la misma sonrisa ladeada de quién le sirve un trago al destino
nos hemos de encontrar
porque el horizonte es nuestro
con todo y sus nubes
con todo y su cielo rojo
y brindaremos una vez más
por tu vida
por la mía
y la piel que dejamos secar
al pie de la montaña
Isidro Alterrealista
Categorías:Viajes insolentes
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