podría confesar muchas cosas bajo el sol
que prefiero la sombra y el frío
el café me gusta con sabor a niebla
y sigo corriendo tras burbujas en un parque
podría confesar
que mi reino dura lo que una nube sobre la montaña
que mi autoestima es más grande que el viaje de las corrientes submarinas
y que en ocasiones me gusta mentir
hacer que los niños rían y vean colores en un muro gris
pero puedo decir también verdades a medias
que sé morir de amor
ahogado en el veneno que un espejo me inyecta
que sé vivir por amor
en la ausencia de dos piernas que también bailen esta rumba sin rumbo
la verdad saldrá siempre por la ventana
cuando el corazón se quiebre en la puerta
cuando alegría nazca sobre la almohada
hay dos cosas que debemos ocultar
si la tranquilidad en algo se pudiera estimar
si el canto de los grillos no se volviera un suplicio después de dos días enteros
las tormentas interiores nunca llaman a la puerta
las sonrisas de encanto siempre duran menos que el paso de un minutero
otras cosas no se pueden borrar
como la primera mañana bajo un palo de mango
como una bienvenida de chocolate en la ciudad más fría
como el sabor de la traición cuando se sirve en papel periódico
el color de un abrazo una helada mañana entre los árboles
pero esta biografía tiene menos párrafos escritos que cuentos en la azotea
más cantos de las aves que latas en la despensa
querido corazón
en este medio día por decreto
el sabor gris del suicidio vuelto ceniza
da forma a mis sueños en esa nube blanca que nace de mi boca
el color del arcoíris se anuncia tras los cables
grita por el viento invernal
que las primaveras llegan sin aviso
y que hay alegrías con las que podemos tomar
a veces por descuido
a veces por sorpresa
Categorías:Literatura, Viajes insolentes
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