donde asoma el brillo de la luna en carretera
por el costado de la montaña
como asoma la caricia final
antes que el destino marque la hora sobre el cielo carmín
porque todas las despedidas son la última cuando te nombro
cuando tomo tu mano blanca polar
tres pasos siguiendo tu recuerdo logro correr
te busco para sentir la sangre en la cara
llego tarde porque mis piernas entorpecen al ver tu silueta
en el local de la esquina adiviné tus pasos
junto a la ausencia canosa de la anciana
sacando la última parte del mostrador
no supe si quebró o se fue a la quiebra
la recordare por su buenos días sabor a hostia
y su cactácea amabilidad
ninguna partida es suficiente para ti
siempre vuelves y tomas un poco de este jardín
lo llevas al lugar en que cultivas
ahí donde nadie te puede visitar
el lugar que tal vez conozca cuando tires la espada sobre mi
en ese bosque cada flor se congela en tus manos
como mi cuerpo las tres veces que te vio de frente
nunca lo dije
pero tu rostro me vuelve infante
trae a mi boca sabores sombríos
y me siento como ratón al cebo
pero no será hoy cuando te acompañe
otras serán las piernas que dejen de andar
otros los paladares que debamos cerrar
estaré frente a ti
estaré tentado a caminar contigo
pero sabré aferrar mi nombre a los pies
al camino que me han forjado tantas manos
veré el otoño nacer esta primavera
y de tu helado aliento nacerán nuevas flores
y de las hojas caídas veremos algún retoño
tal vez entonces pueda tener un verso en color
tal vez entonces deje de mirar al cielo para esperar tu regreso
en estos días que llueve destino
y nacen flores espinadas
como si el camino fuera circular
y los nombres que se ahogan de memoria
tuvieran que empujarnos al nuevo juego
Isidro Alterrealista
Categorías:Viajes insolentes
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