días nublados
donde la sombra no termina de parir
donde los ancestros alumbraron
el camino de semillas hacia el sol
días nublados
como el recuerdo
de un baile que apenas comenzó
cuando la casa llovía voces por su jardín
y la sombra cobijaba nuestro silencio
días nublados
en que la humedad deja ver en las paredes
el contorno de los recuerdos
con sus aires de piedra angular
afuera las hojas de otoño prematuro
crujen
como latas apilándose
para nombrar los viajes pendientes
del tendedero que se extiende entre tus ojos
y las manos de una anciana
escuchando las olas en una hamaca
adentro el invierno precoz
despertó para servirle una taza
al anciano que me juzgará
al infante
que me soñó
y desnudarme de historias frente a ti
porque más allá de los cuerpos
hay un pasado que tributo en cada sonrisa
en cada mirada de horizonte patinado
querido corazón
los planes son a las anécdotas
lo que las hojas al otoño
porque las palabras caen del calendario
como del tronco los frutos
pero nada hay que temer de esta noche adolescente
que inició con el primer canto del rayo
que nació con el frío matinal
porque antes de semillas
fuimos alimento de invertebrados recuerdos
que mordieron nuestros pies
para cerrarle paso al abismo
porque antes de semilla
seremos manecillas
que corren por alcanzar las nubes
flores nacerán de nuestras manos
para atrapar del viento la frescura
hojas caerán de tus dedos
y absorberemos el rocío
para soñarnos alas
y saber que el fuego se aleja
días nublados
como este
que del invierno
busco germinar una sonrisa
de la primavera rescatar la humedad
y perderme en un mar de conversaciones
para tejernos nuevos mundos
Categorías:Viajes insolentes
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